En los gimnasios de Lima, en especial de San Isidro y Surco, de la cadena Gold's Gym, a la que más he ido; uno puede ver hembrones que levantan más de una fantasía. Muchas de ellas, dicho sea de paso, tienen toda la pinta de estar a la búsqueda de contactos, amigos de ocasión, clientes seamos directos, algo que uno puede ver por sus actitudes, vestimentas y detalles (¿quien va a ejercitarse maquillada o con la cabellera recien salda de una peluquería?)
Una de mis fantasías recurrentes es tirar con una de esas chicas adictas al ejercicio. Siempre que pienso en eso, me da por pensar que esas hembras cachan bien rico. Tienen cara de que les gusta que las miren, que les digan piropos, que les inviten cosas y en la cama deben ser bien arrechas. Hay algunas que ni siquiera están así como que muy buenas, pero en su actitud se nota que deben ser unas mamonas, que les debe encantar sentirse deseadas, cachables. Me las imagino calatas, sudaditas, cansadas, entregándose al sexo en medio de espejos, pesas y colchonetas.
No sé si alguna vez se me haga realidad el sueño de tirarme a una de esas, pero por lo menos sería algo como esto:
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